- Pérdida de memoria para hechos recientes: se vuelve muy repetitivo.
- Dificultades en la realización de tareas familiares (ej.; se le olvida cómo cocinar).
- Problemas en el lenguaje (p. ej.: dificultadles para nombrar objetos cotidianos).
- Desorientación en tiempo y espacio (perderse en lugares conocidos, no saber el año, mes, estación en el que nos encontramos).
- Perder objetos de manera frecuente y encontrarlos en sitios inapropiados.
- Cambios bruscos en el estado de ánimo y en el comportamiento. Se vuelven más agresivos, temerosos, desconfiados.
- Disminuye la iniciativa.