Síntomas cognitivos:
Hacen referencia a problemas de memoria, de orientación, de lenguaje, de atención, etc.
Tratamiento: En esta línea se encuentran fundamentalmente los anticolinesterásicos (Tacrina, donepezilo y rivastigmina) y otros (nootropos y neuroprotectores, antagonistas del calcio, antioxidantes, etc.).
Síntomas no cognitivos:
Hacen referencia a problemas del estado de ánimo, (depresión – ansiedad) problemas motores (deambulación, movimientos involuntarios,...) y alteraciones de conducta (agitación, agresividad, trastornos del sueño).
Tratamiento: El tratamiento es sintomático, y a cada paciente se le prescribirá el fármaco adecuado según la sintomatología que presente: ansiolíticos, neurolépticos, etc.
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De forma multidisciplinar, se actúa tanto sobre el paciente como del cuidador o familiar.
Respecto al paciente, sobre todo en las fases leves o moderadas de la enfermedad, se realiza tratamiento de estimulación cognitiva y física para intentar retrasar lo máximo posible la evolución de la misma.
En cuanto al familiar, la información y el apoyo social, familiar y emocional, son fundamentales para sobrellevar esta enfermedad.
Es en esta línea donde las Asociaciones de Alzheimer como la nuestra desarrollan sus tratamientos.
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