Ciertas evidencias clínicas indican que es importante atender las quejas de memoria en personas mayores de 50 años, aun cuando no afecten a la vida diaria o laboral. Las investigaciones gerontológicas ponen de manifiesto que si una persona quiere mantener un adecuado funcionamiento de sus capacidades cognitivas debiera disponer de Programas de Atención que faciliten la conexión con la realidad y que retrasen el deterioro.
Los programas de entrenamiento de memoria ayudan a mejorar el rendimiento y el estado de la memoria, incidiendo sobre la atención, el aprendizaje, el reconocimiento, la localización espacial y el recuerdo. Tienen a su vez efectos beneficiosos sobre otras variables psicológicas y sociales.
Los talleres tienen como objetivo principal la activación y conservación de las capacidades mentales de los participantes mediante la realización de actividades que sirvan de estímulo, motivación, enriquecimiento y satisfacción personal. La metodología y las actividades a realizar son muy variadas e incluyen, entre otras, tareas de lápiz y papel, tareas en soporte informático, actividades grupales, etc.